Siete participantes en total, formando dos grupos de tres y cuatro personas. Salimos temprano, sobre la nieve todavía crujiente por la helada de la noche.
Tras la rampa inclinada inicial, el rapel volado a la impresionante Sala de Las Perlas.
En la Sala hay que buscar la salida hacia el Curso de Aguas. Este es un paso clave, muy estrecho, con rapel incluido. En el video a continuación, Mon desaparece por el.
Los sucesivos descensos se van encadenando, cada vez con mayor presencia de agua, hasta alcanzar finalmente el Curso de Aguas.
En el Curso de Aguas, el cañon subterráneo resulta espectacular. Aqui jamás sale el Sol. Este "descenso de barrancos" interior esta perfectamente equipado, y las instalaciones apenas tienen un par de semanas.
Mucha agua, mucho frio, oscuridad y el ruido del torrente que en ocasiones resulta ensordecedor.
Un antiguo conducto de presion en forma de "M" es el último obstáculo antes de volver a ver la luz del día.
Desde La Covona es preciso salvar todavía un par de espectaculares cascadas antes de alcanzar el nivel del río.
Ya no hay mas denivel, tan solo recorrer unos cientos de metros hasta el cauce del río. Pero antes se hace preciso recoger y ordenar el material utilizado.
Una tirolina de acero permite superar el cauce del rio, quizas la parte mas peligrosa, cuando baja crecido como ahora. Con esto ya llegamos donde habíamos dejado el automóvil.
